Leí a Zacarías de Pedro Paradís pensando en una novela de corte localista ya que el tema y la acción transcurre en el Parque de Ribalta de Castelló, Cual fue mi sorpresa cuando al ir leyendo y releyendo sus páginas encontré una historia universal pero que en este caso la trama transcurre en el citado parque y que perfectamente nos puede transportar al cualquier sitio, Hyde Park, Central Park, La Ciutadella, El Retiro, etc, Recomiendo su lectura, es una novela muy entretenida a la vez que reflexiva por los mensajes que el autor quiere plasmar. Mensajes muy de actualidad. la soledad, la dignidad, la precariedad y como no, conocer mas a fondo este pulmón verde de Castelló. En fin deseo que esta novela llegue a todo el mundo y disfrutar de ella como yo he disfrutado.
jueves, 21 de julio de 2016
El Borras
Seis de
la mañana, Manuel Iborra más conocido como el Borras entraba al turno. El madrugar, el ruido de las máquinas,
y el apestoso olor de los aceites industriales siempre le dejaban un mal
cuerpo. Hacia calor, mucho calor. La borra que soltaban las bobinas de hilos volaban
en el aire como plumas y dibujaban una extraña danza, pero a pesar de su ínfimo
peso la gravedad hacía que estas cayeran al suelo, en las máquinas o en las cabezas
de los operarios.
Manuel llevaba el pelo largo y este iba fijado
a una redecilla, su uso era obligatorio
para cumplir las normas de seguridad e higiene de la fábrica.
La redecilla le molestaba bastante, estaba mal
fijada en su cabeza y se la quitó para acoplarla mejor y se liberó el pelo, sacudió
la cabeza a derecha e izquierda en un movimiento rápido para que sus largos
cabellos pudieran soltarse unos segundos y fue que en unos de esos movimientos
compulsivos cuando la extensa y negra melena del Borras se enredó en unas de las bobinas tronco-cónicas de hilo y esta poco a poco fue succionando
primero su melena, después su cabeza y así todo lo demás hasta convertirse en
un extraño y sangriento cono de hilo.
Él mientras
pudo, gritaba desesperado pidiendo auxilio, pero el ruido que se generaba en la fábrica con tantos aparatos era mas alto
que sus chillidos y nadie oyó nada.
A la hora del almuerzo sus compañeros no lo
vieron en el comedor y alguno comentó: “esta mañana se quejaba de que no se
encontraba muy bien, seguramente se habrá marchado a casa, por cierto su
redecilla la encontré en el suelo y se la he recogido, si pregunta por
ella que sepáis que la tengo yo.”
Carles Masover 06-05-2016
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